Recientemente la revista Lancet y Lancet Oncology (marzo de 2012) han vuelto a confirmar el efecto preventivo del ácido acetilsalicílico (Aspirina) sobre el cáncer en general y sus posibles metástasis.
Sobre el posible mecanismo bioquímico por el que esta prevención puede llevarse a efecto ya hablé en ¿Puede la Aspirina prevenir el cáncer colorrectal?
Uno de los artículos analiza los datos de 51 estudios que comparaban los efectos de tomar o no Aspirina sobre el riesgo de sufrir patologías cardiovasculares.
Los investigadores observaron, además, una reducción del 15% del riesgo de morir de cáncer en aquellos que tomaban una Aspirina diaria. Y esa reducción alcanzaba el 37% en aquellos que la tomaron durante 5 o más años.
Otro artículo es una revisión de 5 estudios cuyo objetivo era determinar el efecto de la toma diaria de Aspirina sobre los accidentes vasculares.
Sobre una media de 6,5 años de seguimiento aquellos que tomaban Aspirina mostraban una reducción del 36% en el riesgo de ser diagnosticados de cáncer con metástasis.
A estas alturas resulta bastante evidente que no solo debemos considerar la Aspirina como un medio para prevenir algunas patologías vasculares sino también una forma bastante efectiva y barata para reducir el riesgo de cáncer en la población.
Cabe recordar que este efecto preventivo se puede conseguir con dosis bajas de Aspirina.
Basta tomar diariamente entre 75 y 85 miligramos.