¿Ha pensado alguna vez que podría hablar con su organismo? ¿No? Tal vez piense que esto sólo puede pasar en un manicomio. En fin, voy a tratar de convencerle de lo contrario, si me permite.
Veamos... ¿qué es en realidad su cuerpo? Un conjunto de células. ¿Y qué son las células? Criaturas vivientes, ¿no es así? Si lo piensa bien el universo se parece a esas cajitas chinas que se guardan una dentro de otra. O también a esas muñequitas "matiuskas" que se hacen artesanalmente en Rusia: se abre una y hay otra más pequeña dentro; y dentro de esa, otra y otra y otra.
Una enorme cantidad de seres vivos forman otro organismo de orden superior. Muchas células forman un organismo humano. Si quiere ir más lejos, la vida orgánica (animal y vegetal) más el reino mineral forman otro organismo superior que es la Tierra (nuestro planeta) que algunos llaman Gaia y consideran (razonablemente) un organismo vivo. Es un tema fascinante, pero volvamos al terreno que podemos comprender más fácilmente. Todas nuestras células viven en un ecosistema: se nutren a partir de la misma sangre, reciben el mismo oxígeno, se coordinan por medio de un sofisticado sistema nervioso, obedecen a leyes que tienen como finalidad mantener su convivencia, sus funciones, su vida y la del organismo superior que forman.
Voy a tratar de no enredarle con todos estos razonamientos. Solamente me gustaría que pudiera aceptar, por un momento, la posibilidad de comunicarse con todas esas células que forman su cuerpo. Ellas no parecen nada "idiotas" ya que cumplen sus funciones con una precisión y fiabilidad asombrosas.
De hecho, tendrá que admitir que nuestros pensamientos influyen poderosamente sobre sus actividades. Si usted piensa que ha hecho el ridículo en público puede que su cara enrojezca. ¿Sabe cuántas funciones de autorregulación se han tenido que activar para enviar toda esa cantidad de sangre a su cara? Si sus pensamientos se refieren a determinadas preocupaciones su digestión podría alterarse. ¿Cree que eso sucede de una manera simple? Con sus pensamientos ha alterado la vida normal de millones y millones de células.
Sabemos que las ideas depresivas entorpecen la función de las células que nos defienden. Bajo una depresión pareciera que todas nuestras células se entristecen. No es sólo una metáfora.
Nuestro cuerpo, lo sabe usted bien, es muy complejo. Los pensamientos, tan intangibles ellos, se transforman en sustancias químicas. Cada pensamiento puede traducirse en un neurotransmisor que va a llevar su mensaje hasta el último rincón del organismo.
Además, para nuestras células el tiempo es diferente. Para muchas de ellas un mes es toda una vida. Otras viven tanto como su propio universo: son las neuronas. En su mundo pareciera que son inmortales.
Sigamos reflexionando... si tenemos hambre y nos imaginamos una suculenta comida ¿no se ponen en actividad casi todas las células de nuestro sistema digestivo? ¡Que le diré si pensamos en una persona hermosa y deseable!...¿Ve usted como TODO lo que se imagina puede traducirse en determinadas actividades orgánicas y celulares? Piense en todos los ejemplos que pueda, seguro que encuentra muchos.
Entonces ¿podemos o no podemos comunicarnos con nuestras células? ¿Puede admitir que sí? Bien, pues sólo falta especificar en qué lenguaje lo haremos: ¿en inglés, francés, español...?
Debemos usar un lenguaje que nuestro cuerpo entienda; que pueda ser fácilmente interpretado por nuestras células. Ya puede estar deduciéndolo, lo hemos utilizado en todos nuestros ejemplos: LA IMAGINACIÓN.
Visualizar imágenes es una capacidad que todos tenemos. Y, como hemos comprobado tantas veces, nuestro cuerpo entiende perfectamente. Entonces, ese será el idioma que utilicemos para el trabajo que nos vamos a plantear en este capítulo. Dele la importancia que merece porque usted puede variar radicalmente el curso de los acontecimientos con las imágenes apropiadas.
La visualización puede cambiar su vida, créame. Uno es lo que piensa. Según las imágenes que usted cree en su mente así responderá su cuerpo.
Técnicas de visualización aplicadas a pacientes con cáncer fueron popularizadas por el matrimonio Carl y Stephanie Simonto desde el año 1971. Los resultados positivos de estas técnicas han sido ampliamente constatados.
Ahora le voy a dar algunas ideas para utilizar la visualización y ayudar a su cuerpo a curarse. Puede llegar más lejos de lo que usted supone en estos momentos. La influencia de las imágenes mentales sobre su organismo es muy poderosa. No lo dude y empiece cuanto antes a poner manos a la obra. Es fácil, sólo tiene que prometerme una cosa: ha de
IDEAS PARA LA VISUALIZACIÓN
Lo ideal es que conforme vaya obteniendo confianza en sí mismo llegue a diseñar su propia técnica. Deje que aflore su intuición y confíe en esa parte de su psiquis que es realmente inteligente. Sentirá como, poco a poco, brotan ideas nuevas de su interior. Incluso podrá "ver" como va progresando.
Lo primero de todo es que aprenda a relajarse muy bien. Consulte y practique, si es necesario, el capítulo anterior.
Una vez que se ha relajado comience a visualizar. Como para agarrar confianza véase envuelto en una agradable luz azul. Vea como esa luz lo envuelve y penetra su cuerpo, le calma y le proporciona una gran sensación de paz.
¿Es difícil imaginar esto? No lo crea; sólo necesitará "soltarse" un poco. En seguida comprobará que el color azul relaja y así es interpretado por las células de su cuerpo.
Si ha practicado con éxito lo anterior está preparado para entrar en acción. Piense: ¿qué es un tumor canceroso? Un grupo de células creciendo sin respetar las leyes del universo dónde viven. Ahora bien, numéricamente, sin duda, están en cierta desventaja. "Vea" con su imaginación el tumor allí donde lo tenga localizado. Para ello sólo tiene que estar en una posición cómoda, bien relajado, con los ojos cerrados e imaginarse a ese grupo de células. Imagínelas como le plazca o le salga, no tenga temor. Su visualización no tiene que ser como una foto de un tratado de anatomía patológica. De hecho, cuanto más personal sea su imaginación, por absurda que le parezca la imagen, mucho mejor.
Contemple a ese conjunto de células de tal fomra que se de cuenta de lo desvalidas que son. No tendrían futuro si las células de sus sistema inmune comenzaran a atacarlas y eliminarlas. Pero no nos precipitemos... tan sólo contemple a ese grupo de células que llamamos cáncer.
¿Ya lo hizo? ¿Va sintiendo que ésto es muy fácil? Sí, lo es, y usted puede hacerlo perfectamente, igual que lo haría un niño.
¿Quiere imaginarse algunas de las células que trabajan a su favor? Realmente, y esto no es fantasía de ninguna especie, nuestro sistema defensivo está sobradamente preparado para sofocar cualquier motín y eliminar todas las células cancerosas que pueda haber en su cuerpo. De acuerdo que hay casos más complicados que otros pero usted parte de la situación que tiene y, como es la única que hay, no vamos a agobiarnos. Si hay mucha tarea por hacer la afrontaremos con alegría porque este trabajo es para disfrutarlo. Así debe enfocarlo.
En nuestro sistema inmune hay células denominadas macrófagos, grandes y muy poderosas. No sólo pueden devorar sino eliminar con auténticas armas químicas a cualquier célula extraña. Luego, en la gran familia de los linfocitos hay verdaderos especialistas en neutralizar y acabar con los intrusos, por muchos que sean. Entre ellos hay células con nombres tan "sugestivos" como los linfocitos NK (natural killer = asesinos por naturaleza) que son algo así como los grupos de operaciones especiales del ejército.
¿Puede usted visualizar la escena? Estas poderosas células atacando al tumor con todas sus armas. Véalo usted en su mente. Le vuelvo a asegurar que en nuestro cuerpo hay armas más que efectivas para eliminar cualquier célula maligna. Esto falló una vez y por eso se desarrollaron algunas células extrañas. Pero ahora está usted creando imágenes que van a despertar todo el potencial de sus sistema inmunitario. Y, créame, insisto, que tal potencial es inmenso. PERO TIENE QUE VER USTED ESTA ESCENA. De la forma que quiera y sin preocuparse si está haciéndolo bien o mal. Deseche los temores. "Vea" como el tumor se va reduciendo ante el trabajo bien hecho e imparable de las células defensoras de su cuerpo...
¿Lo ha entendido? Practique esto todos los días y si se le ocurre algo nuevo incorpórelo a su visualización. En poco tiempo estará absolutamente convencido del magnífico resultado que produce este ejercicio.
Ahora le voy a enseñar a llegar más lejos todavía. Si disfruta con sus visualizaciones siga leyendo. Encontrará nuevas y revolucionarias ideas. Todas están basadas en la práctica de personas que obtuvieron grandes y positivos efectos con ellas. Usted no va a ser la excepción.
Segunda idea: visualice el tumor en el lugar donde esté localizado. Recuerde que cuando le digo "visualizar" me refiero a que se lo imagine sin preocuparse en lo más mínimo del realismo de la imagen. Ahora va usted a poner unas gotas del "mejor reductor de tumores". Esta es una sustancia que acabamos de inventar. Naturalmente, sólo existe en su imaginación. Pero recuerde que con imagenes mentales es como comunicamos a nuestro organismo lo que esperamos de él. Por tanto ¡véalo! Cuando le ponga esas gotas maravillosas al tumor verá como se va encogiendo. Hágalo todos los días hasta que tenga la seguridad de que el efecto se va produciendo. Véalo como se reduce hasta un convertirse en un puntito insignificante.
Tercera idea: visualice el tumor y arránquelo con sus manos. Todo esto sucede en su imaginación pero debe estar seguro que actúa realmente sobre él. Todo se reduce a dejar sus prejuicios y preconceptos para "ver" realmente (con su vista interior o imaginación) las acciones que su intuición le inspire. Procurará arrancar o extraer la masa tumoral con sus ramificaciones, vasos sanguineos, etc... hasta dejar limpia la zona. Luego quemará eso que ha extraído de sí mismo o lo echará a una cubeta de ácido o lo destruirá de la manera que le parezca mejor. Todo sucede en su imaginación pero las imágenes son muy expresivas. Su cuerpo sabrá qué hacer. Finalmente repare la zona de la que ha extraído el tumor. Llénela de energía reparadora (se la puede imaginar de color verde, por ejemplo), rellene los huecos con una pasta de células normales, impulse la recuperación con un rayo de energía blanca. Termine siempre viendo su cuerpo envuelto en luz azul, que le calmará y relajará.
Un consejo más: termine sus prácticas de visualización viendo como actúa sobre todo su cuerpo una poderosa luz blanca. Véala penetrando todo su cuerpo y rodeándolo. Sienta como le proporciona una gran fuerza y revitaliza su físico y su mente.
Como verá, no hay límites para la imaginación. Invente nuevas formas de afrontar el problema, ¡guíese de su intuición! También puede reunirse con otras personas y compartir sus ideas. No olvide que la visualización es la clave fundamental para comunicarse con su cuerpo y éste, realmente, puede resolver la situación. Cuanto más precozmente empiece a aplicar estas ideas, tanto mejor. Pero cualquiera que sea su estado nunca es tarde para hacer algo.
Hay personas que utilizan estas técnicas para ayudar a otras, a distancia. Simplemente se relajan física y mentalmente, se elevan por encima de los pensamientos ordinarios, contactan con la mente de la persona a la que desean ayudar (esto lo hacen visualizándola o imaginando que la llaman por teléfono, utilizando su nombre o de cualquier otra manera). Luego usan técnicas como las que describo en este capítulo para "ver" el problema y actuar de la manera más conveniente.
No estoy en condiciones de decir si este método que intenta ayudar en la curación de otra persona resulta efectivo.
Lo que sí le puedo asegurar con absoluta certeza es que si usted aplica la visualización a sí mismo obtendrá resultados. Ninguna persona inteligente podría negar la íntima relación entre mente y cuerpo. Todo trabajo de visualización que usted haga tendrá siempre su resultado. Ahora, SEA PERSEVERANTE, no lo haga hoy y mañana no. ¿De acuerdo?