15.1.08

LA DIETA EN EL CANCER

Cuando se diagnostica un cáncer lo primero que hay que modificar, radicalmente, es la dieta. Este es uno de los factores primordiales en cuanto al tratamiento físico del cáncer se refiere. No lo dude ni por un momento.

Después de analizar muchos de los pormenores en relación a este tema estoy absolutamente de acuerdo con que "la dieta adecuada para un canceroso es la misma que sigue un conejo o una vaca".

Este es un punto de la mayor importancia. Es absolutamente recomendable que la dieta básica consista en todo tipo de verduras frescas y crudas haciendo especial hincapié en la zanahoria, col o repollo, col lombarda, lechuga y otras hojas verdes. Pero preste atención a esto: procure elegir verduras de cultivo biológico las cuales no deben ser difíciles de encontrar en puestos especializados de los mercados.

La dieta apropiada para un canceroso aporta proteinas de una manera muy restringida. De hecho parece que la disminución radical de la ingesta de proteinas estimula la actividad de los linfocitos T los cuales cumplen un papel muy importante en la lucha contra los tumores.

Otro aspecto capital es la reducción drástica de sodio (sal común). Parece fuera de toda duda que las células normales tienden a deteriorarse por acumular en su interior un exceso de sodio a la vez que pierden potasio. De esta manera retienen agua, se hinchan y sus funciones se alteran. Este es un proceso demostrable de daño celular.

El doctor Gerson (Gerson Institute) fue un gran defensor de esta dieta y los éxitos de su sistema han sido muchos y muy notables. Hoy sus terapias siguen aplicándose con éxito.

Suele percibirse la idea de que la dieta no puede curar nada. Pero con los alimentos que ingerimos podemos actuar de manera favorable o desfavorable sobre toda la bioquímica de nuesro organismo. No conviene, por tanto, pasar por alto estas recomendaciones ya que pueden marcar la diferencia entre la salud y la enfermedad, la vida o la muerte.

A pesar de no entrar en detalles químicos para no sobrecargar este texto, deberá concederse a este capítulo la importancia que tiene, que es mucha. Así que organicémonos. Esta es la dieta general recomendada para pacientes con cáncer que están dispuestos a ganar su batalla. Tome buena nota.

A partir de ahora deberá tener en su casa abundantes provisiones de verduras frescas de cultivo biológico y una buena licuadora. Beberá un mínimo de dos o tres litros diarios de jugos de verduras recién licuadas. Consumirá, además, las verduras en forma de ensaladas, siempre sin cocinarlas y masticando muy bien. Esto supone tiempo de dedicación a su dieta pero todo merece la pena. A grandes males, grandes remedios... el cambio de alimentación, repito, es un factor fundamental en el proceso de recuperación de la normalidad orgánica.

No podrá usar nada de sal. El objetivo es que su organismo elimine el exceso de sodio del interior de sus células y se restituya el potasio, además de restablecer el correcto Ph tisular (las verduras son alcalinizantes del sistema) y eliminar todas las toxinas que perturben las funciones fisiológicas. Tiene ante usted una gran tarea pero también los medios para realizarlas.

Puede comer también frutas frescas y beberlas como jugo, pero nunca las mezcle con las verduras.

Se necesita un aporte de yodo orgánico que conseguirá fácilmente añadiendo algas a sus platos o ensaladas de verduras. Es fácil encontrar algas deshidratadas. Basta ponerlas a remojo un par de horas antes de consumirlas. Cambie el agua varias veces para reducir la cantidad de sodi. Si prefiere tomar las algas en forma de comprimidos o cápsulas encontrará en las herboristerías y tiendas de dietética pastillas de alga kelp. Tome aproximadamente nueve comprimidos diarios repartidos a lo largo del día.

Un suplemento de potasio puede ser recomendable. Puede conseguir tabletas de potasio elemental de aproximadamente 100 mg. Tome tres distribuidos a lo largo del día, siempre en medio de cualquier comida.

Consiga pastillas de hígado desecado (importante: que provenga de ganado criado mediante técnicas de ganadería ecológica) para tomar nueve al día. O bien, si lo prefiere, alga espirulina. Le aportarán aminoácidos muy importantes y contribuirán a mantener su energía vital en óptimas condiciones. También le proporcionarán las vitaminas que necesita para no sufrir carencia de ningún tipo.

Las almendras crudas parece que ejercen una acción antitumoral (de mecanismo desconocido). Tome entre quince y veinte almendras crudas todas las mañanas, como desayuno.

Otro elemento de la máxima importancia son las semillas germinadas. Son muy fáciles de preparar y sirven tanto para las ensaladas como para los jugos. Considérelas en la categoría de las verduras, o sea que no las debe mezclar con las frutas. Puede preguntar en los establecimientos de dietética cómo hacer germinar semillas de cereales y otras en su propia casa. También encontrará amplia información en otra de mis obras: Salud y Larga Vida por la Alimentación.

Tome diariamente tres cucharadas soperas de aceite de girasol biológico extraido en frío.

No beba más que agua natural (sin cloro), jugos o infusiones de plantas apropiadas.

Esta dieta debe mantenerse de forma estricta hasta la total recuperación. Es recomendable que consulte a un médico que entienda o quiera entender que usted tiene derecho a desarrollar alternativas. Sepa que estos consejos no son pura especulación teórica. Existen bastantes estudios que prueban su eficacia y, lo que es más importante, muchísimos casos de personas reales que han recuperado su salud gracias a ellos. Siento que estos informes no sean del dominio público y su aplicación quede restringida a clínicas y hospitales que aplican tratamientos alternativos y/o coadyuvantes en el cáncer.

Bien ¿ha comprendido esta sencilla dieta? Es verdad que puede perder algunos kilos pero no crea que serán muchos. Normalmente su peso se estabilizará en un determinado momento y no bajará más. Lo que realmente importa es que recupere su salud al cien por cien. Todo dependerá del grado de evolución del tumor y sus metástasis. Cuanto antes inicie esta dieta, mucho mejor. De cualquier manera siempre ha de resultar beneficiosa.

Vea a continuación, a modo de idea, todo lo que puede incluir en su alimentación diaria:

ALIMENTOS RECOMENDABLES: todo tipo de vegetales crudos y, especialmente, acelga, achicoria, ajo, alfalfa, algas, alcachofas (se cuecen ligeramente al vapor), apio, berros, coles, coliflor, cebolla, calabaza, chirivías, diente de leon, endibias, escarola, espárragos, espinacas, hojas de remolacha, hojas de nabo (nabiza o grelos), judías tiernas, lechuga, patata (especialmente como jugo fresco), pepino, perejil, pimientos verdes y rojos, puerros, rábanos, remolacha roja, rúcula, zanahoria.

Semillas germinadas: alfalfa, avena, cebada, centeno, fenogreco (alholvas), garbanzos, girasol, lentejas, maiz, soja, trigo, trigo sarreceno y cualquier otra semilla apta para germinar en casa. Cómprelas siempre en establecimientos de dietética y alimentación.

Frutos oleaginosos y secos: nueces, pipas crudas de girasol, avellans, almendras (sin tostar y sin sal), pipas de calabaza...

Jugos de verduras: todas las que se han indicado se pueden licuar. Deberá beber un mínimo de dos litros o más diarios de jugos frescos. Es muy interesante el de diente de leon (Taraxacum officinale) que es una planta silvestre usualmente fácil de conseguir. También se puede licuar la flor de girasol y la raíz de cardosanto. Estas tres últimas plantas citadas poseen notables propiedades para normalizar un terreno canceroso. Ojo, que provengan de campos o cultivos limpios.

Jugos de frutas: todas, teniendo en cuenta el no tomarlas al mismo tiempo que las verduras y sus jugos.

Jugo de limón: se puede añadir tanto a los jugos de frutas como a los de verduras.

Aceite vegetal: puede aliñar las ensaladas con aceite de olivas virgen extra y algo de jugo de limón (no añada sal). Tome tres cucharadas soperas diarias de aceite virgen de girasol obtenido por presión en frío.

Muy interesante para las ensaladas es el chucrut que es col fermentada, un alimento muy apreciado en el centro y norte de Europa. Lo encontrará en buenas tiendas de alimentación.

Existen otros sistemas dietéticos que proporcionan resultados positivos en pacientes con cáncer. Es el caso del sistema propuesto por la doctora Kousmine (al que dedico un capítulo) y la Macrobiótica que elabora distintas dietas según el tipo de cáncer. Para seguir un régimen macrobiótico deberá asesorarse por un especialista cualificado en el método.