10.2.10

PSICOLOGIA Y ESPIRITUALIDAD DEL CANCER

Probablemente este sea uno de esos artículos que a mucha gente le encantará y a otros muchos les parecerá estúpido. Pero, francamente, es un artículo que hubiera añadido al libro original si me propusiera reeditarlo nuevamente.

En el capítulo titulado "el terreno del cáncer" expuse algunas de las características que facilitan el desarrollo de un cáncer según mi experiencia.

Las cuatro primeras son de indudable carácter psicológico e, incluso, espiritual.

Modificarlas puede ser una tarea compleja o inabordable para mucha gente.

Por eso me propongo mostrar de una forma concisa algunas de las herramientas disponibles para intentar modificaciones en el siempre difuso terreno de lo psicológico y/o espiritual.

Vamos a ello:

1.- EL PSICOANÁLISIS. Es la disciplina psicoterapéutica más directamente relacionada con los "nudos psicológicos" que coexisten con un "terreno canceroso". No quiero decir que no existan otras herramientas y disciplinas psicológicas que puedan ser útiles pero me atrevo a decir que el psicoanálisis podría ser la que más garantías tiene, a priori, de conseguir cambios profundos en la psiquis. Lamentablemente existe mucha confusión acerca de lo que realmente es el psicoanálisis. Y, naturalmente, se precisa de un o una psicoanalista convenientemente formada. A diferencia de otras muchas técnicas o herramientas psicológicas las modificaciones que puede inducir el psioanálisis no son meros parches sino transformaciones de gran calado llevadas a efecto por el conveniente proceso de hacerse conscientes de los orígenes y causas de nuestro comportamiento. Y otra característica nada despreciable: en caso de que no se puedan conseguir resultados positivos al menos no se habrán conseguido otros de índole negativa. No estoy diciendo que el psiconálisis sea una técnica para curar el cáncer. Pero lo qué sí digo es que si aceptamos las razones que propuse acerca de las causas profundas del cáncer, el psicoanálisis es un enfoque adecuado para deshacerlas.

Como posibles inconvenientes está el hecho de que la terapia psicoanalítica puede ser larga y requerir una inversión económica que puede no estar al alcance de todo el mundo. También, como he dicho, está la cuestión de que no es posible garantizar los resultados positivos y de que no todas las personas reunirán las condiciones para someterse a un psicoanálisis. Por tanto, sugiero, que en caso de ser factible la inversión en las necesarias sesiones de psicoanálisis son una buena inversión. Especialmente si la comparamos con el gasto económico que algunas personas hacen en pos de remedios milagrosos de dudosa eficacia.

La cuestión es que un psicoanálisis exitoso facilita que la persona pueda ser más ella misma liberándose de algunas de las cárceles psicológicas auto-impuestas durante el desarrollo de su personalidad y debidas a eventos y circunstancias no comprendidas y relegadas al ámbito del subconsciente.

En uno de los capítulos del libro explico la técnica del Auto-Psicoanálisis. No debe sobreentenderse que la aplicación de esta técnica excluye lo que pueda aportarnos la dirigida por un profesional del psicoanálisis. Sin embargo, para quien pueda asimilar y comprender lo que expongo en ese capítulo, le será extremadamente útil.

Voy a añadir algo que puede sonar estúpido. Un cáncer puede ser enfrentado como algo contra lo que hay que luchar con todas las armas a nuestro alcance. Pero también puede ser acogido como una oportunidad única para descubrir "zonas" transcendentes y transcendentales en nuestra vida. Una ocasión extraordinaria para el crecimiento interior. Esto requeriría, seguramente, arduas explicaciones pero no puedo garantizar que todo el mundo lo entienda de la forma que pretendo. Es un riesgo que asumo al escribir. Lo explicó maravillosamente Eric Rolf en el capítulo sobre "La Medicina del Alma". Buscad, hacia la mitad del capítulo, la pregunta "¿Qué es el cáncer desde el punto de vista de la Medicina del Alma?"

Al final de ese capítulo plantea una "terapia extrema". Nunca he podido seguir a una persona que se haya decidido a aplicarla con todas sus consecuencias. Pero sigue siendo un planteamiento fascinante. Sobre todo porque su aplicación, sin duda, llevaría a la persona a destruir los muros psicológicos que ha ido construyendo a lo largo de su vida. Y el resultado, seguramente, no puede ser otro que descubrir y rehabilitar las partes más auténticas de sí mismo.

2.- LA MEDITACIÓN. Aquí entramos en otro terreno difuso porque hay muchas formas de entender lo que es la Meditación. No puedo dar una definición exacta pero sí enumerar algunas de las características que entiendo debe aportar la Meditación.

a) Silencio y tranquilidad interior. Cualquier técnica basada en pensar no es meditar.
b) Incremento de la capacidad de observación tanto "hacia adentro" como "hacia fuera".
c) Mayor lucidez, es decir, básicamente la capacidad de captar de forma intensa y clara que "estoy aquí y ahora".

Algunos principios interesantes los expliqué en el capítulo llamado "La Relajación" y en el ya citado dedicado al "Auto-Psicoanálisis" Es posible que algunas personas comprendan el principio de la Meditación leyendo esos capítulos. Sin embargo confieso que no he realizado ningún abordaje profundo sobre el tema. Tal vez porque demasiadas palabras terminarían alejándonos de la hermosa realidad que la Meditación es.

Posiblemente es la herramienta de sanación más poderosa a nuestro alcance. Y, sin embargo, acercarse a la Meditación con el "ansia" de curarnos o de conseguir algo ya nos aleja demasiado de ella.

Para mi, es preferible la Meditación a casi cualquier abordaje religioso en nuestra vida. Aunque la religión y la oración es, sin duda, una vía de escape para nuestra angustia encerrada en las cavernas de nuestra psiquis la mayor parte de las veces la persona se vuelca en lo religioso para verbalizar esa angustia en el deseo de ser escuchado por alguna inteligencia superior y poderosa.

No me toca a mi negar el valor de lo religioso que lo tiene en cuanto pueda aportar tranquilidad. Lamentablemente los procedimientos aplicados no siempre lo consiguen pues la persona vive en un creciente estado de espectación angustiada esperando el momento de un milagro de curación. Si por esa vía algunos lo consiguen probablemente se deba a diversos factores que intervienen en ese proceso. Pero estoy seguro que nunca ha de venir por la vía de la espectación y la súplica angustiada dado que son estados que más bien refuerzan los factores que sostienen el cáncer.

Las personas tendemos a complicarnos demasiado. La estructura de nuestra mente tiende a elaborar patrones cada vez más y más complejos para tratar de explicar nuestra propia vida elaborando sus propias razones para casi todo. Nuestra mente se vuelve tan compleja y a la par previsible que llega un momento en que todo en nosotros es previsible y falto de espontaneidad.

Incluso buscamos formas de complicarnos psicológicamente agregando a nuestro equipaje psicológico creencias que nos "tranquilicen", vías de escape a la ansiedad de vivir. Pero todos los mecanimos de defensa del yo que "inventamos" sólo sirven para darle más razón al cáncer. El único camino positivo posible es hacia la realidad y el ser. En la vida lo único que cuenta es lo que somos y no lo que tenemos. Y no me refiero exclusivamente a cuestiones materiales sino también a todo lo que vamos agregando a nuestra psiquis y que nos aleja de ese centro profundo y expansivo que es nuestra realidad interior, lo que realmente somos.

Si tuviera que recomendar ahora una lectura sin dudarlo sugeriría leer cualquier obra de una de las mentes más lúcidas del siglo XX que fue Jiddu Krishnamurti. Particularmente, un buen comienzo, sería el libro "Temor, placer y dolor". Es en sí mismo una buena terapia frente a todas las artimañas que nos alejan de nuestra realidad. Un paso importante hacia el equilibrio.