21.1.08

PLANTAS MEDICINALES EN EL CANCER

Existen bastantes plantas medicinales que podrían resultar de gran utilidad en el tratamiento de las neoplasias. Presentar algunas de ellas es lo que me propongo en este capítulo. En la era de los medicamentos químicos las plantas medicinales han quedado relegadas a un segundo plano excesivamente simplista. Hoy, lo que mueve a la industria del medicamento es la comercialización de principios activos patentados que son los que dejan buenos dividendos. Las plantas medicinales se estudian con el fin de descubrir nuevos principios activos patentables. Pero ocurre, en muchos casos, que los benéficos efectos de una planta medicinal no pueden ser atribuidos a principio activo aislado alguno. Por eso, a pesar de que el empirismo demuestre su utilidad, nadie se encarga de estudiarla convenientemente y, mucho menos, de proponerla como terapia complementaria.

Pero lo cierto es que existen plantas que demuestran una potente actividad ya como estimulantes del sistema inmunológico ya como inhibidoras del crecimiento tumoral. Frente a la ignorancia general y la sordera oficial me propongo que usted tenga una información seria, no sesgada, de algunas plantas medicinales que son útiles (en ocasiones extremadamente útiles) como parte de un tratamiento integral del cáncer.


UÑA DE GATO (Uncaria tomentosa Wild D.C.)
. Es la planta que más he utilizado. Se trata de una liana trepadora de la familia de las rubiáceas que se reproduce espontáneamente en las selvas peruanas, a una altitud comprendida entre los 300 y 1000 metros sobre el nivel del mar. Popularmente se la conoce como "Garabato amarillo" o "Samento" (en lengua ashaninka). Los pobladores de las zonas en donde crece esta planta la han utilizado tradicionalmente, en uso interno (cocimiento prolongado en agua o licor) para curar los riñones, como anticonceptivo, para acelerar la recuperación post-parto, como antiinflamatorio y para resolver "tumores". Debe tenerse en cuenta que bajo el término "tumor" se entiendo cualquier bulto o inchazón, sea de la naturaleza que sea. En uso externo, además, se utiliza para acelerar la curación de heridas de diversos tipos.

Tuve la primera referencia acerca de la existencia de esta planta y de sus virtudes de labios de un sacerdote español que llevaba muchos años como misionero en Perú. Él me contó que esta planta tenía fama de curar el cáncer y, como muestra, me relató un caso que vivió de cerca. Se trataba de un caballero desahuciado por los médicos debido a un cáncer hepático. Tras el fracaso de la medicina oficial decidió poner en práctica el antiguo sistema indígena que consiste, nada más y nada menos, que en preparar un cocimiento concentrado de esta "Uña de gato" en ¡aguardiente! e ir bebiendo varios vasitos (digamos chupitos) diarios. Según me contó el citado sacerdote el señor duró todavía diecinueve años más falleciendo finalmente por otras causas. Según parece esos años se los pasó habitualmente ligeramente ebrio... cosa lógica si pensamos en la singular medicina que empleaba.

Naturalmente lo anterior es pura anécdota sin valor científico alguno pero me hizo desarrollar un vivo interés por conocer a la protagonista, la famosa "Uña de gato". Probablemente sea una de las plantas medicinales que más se han estudiado en los últimos años. Veamos algunas de estas investigaciones y sus resultados:

- Klaus Keplinger, de Innsbruck, Austria, demuestra la actividad citostática y antiinflamatoria de la "Uña de gato". Sus trabajos fundamentan, además, las virtudes que ya se le atribuían como contraceptivo (1982). En 1989 este investigador obtiene la patente 4.844.901 en EE.UU. que hace referencia a unos "nuevos alcaloides oxindólicos con propiedades estimulantes del sistema inmunológico". Estos alcaloides son aislados de la "Uña de gato".

- En 1985, Wagner y colaboradores demuestran que la planta es capaz de inducir un considerable aumento de la fagocitosis. Esto se refiere a su capacidad para potenciar la actividad de los macrófagos, esas células nuestras capaces de devorar elementos extraños, incluyendo células anormales.

- En 1989 el Dr.Mirez Melgarejo evidencia los efectos beneficiosos de la planta sobre pacientes con cáncer. Este neurólogo peruano escribe una obra de gran interés titulada "La Uña de gato y su entorno" en la que defiende el derecho de un enfermo con cáncer a ser tratado con la planta.

- En 1991, la Dra.Lock obtiene pruebas indiscutibles sobre la capacidad antiinflamatoria de la "Uña de gato". Además observa el efecto protector que ejerce contra las úlceras gástricas experimentales. Sus trabajos se desarrollan en la Pontificia Universidad Católica de Lima.

- En 1992, el Dr.Rizzi y colaboradores presentan las conclusiones de sus trabajos que ponen de relieve la intensa actividad antimutágena in vitro e in vivo de la planta.

- El Dr.Peluso y colaboradores afirman ser muy evidente el efecto inhibidor de los alcaloides de esta planta sobre la proliferación celular anormal.

- En 1994 el Dr.Klaus Keplinger y un grupo de investigadores de la Universidad de Innsbruck y de Graz (Austria) presentaron un manifiesto en la sede de la Organización Mundial de la Salud en Ginebra afirmando que los efectos farmacológicos de la "Uña de gato" son plenamente positivos en los procesos inflamatorios, como inhibidor del crecimiento de células neoplásicas y como inmunoestimulante.

Existen otros trabajos que demuestran extraordinarios resultados en pacientes afectos de "enfermedades reumáticas" cuando son tratados con la planta. Asimismo se han documentado recientemente su interesante actividad como hipoglucemiante y en la normalización de la permeabilidad intestinal alterada. También se demuestra que puede mejorar notablemente los resultados de los tratamientos de quimio y radioterapia. Asimismo posee actividad terapéutica frente a diversos tipos de virus.

¿Y todo esto con una humilde plantita que, además, no parece tener efectos secundarios indeseables? ¿Con una planta de empleo tradicional en diversas regiones de Perú? ¿Con una "simple" y "vulgar" planta medicinal?

Es interesante, aparte de todas sus otras acciones, que la "Uña de gato" se utilizase tradicionalmente como contraceptivo. Las células cancerosas, para implantarse o metastatizar, deben emplear estrategias para evitar el ataque del sistema inmunológico semejantes a las que desarrolla un embrión humano. Es muy curioso como un óvulo fecundado, una célula con un material genético bastante diferente al de la madre, logra implantarse en el útero y desarrollarse sin sufrir rechazo alguno. En cierta medida, y salvando los detalles, la gestación humana es muy parecida al desarrollo de un tumor. Es por esto que me llama la atención el hecho de que algunas plantas con probada acción contraria al desarrollo de tumores tengan también acción contraceptiva.

En el caso de la "Uña de gato" esta acción se pretende conseguir con el cocimiento muy concentrado (hasta varios kilos de la planta en un litro de agua) el cual es bebido una sola vez por la mujer que desea no tener hijos. Según me cuentan el efecto del concentrado brebaje dura varios años.

En fin, la Uña de gato está proporcionando muchas satisfacciones en el tratamiento complementario del cáncer, independientemente de cuales otros tratamientos se apliquen. Suelo recomendar la utilización de la planta en cápsulas conteniendo 350 o 450 milígramos de polvo muy fino. Sugiero la toma de entre tres y seis cápsulas diarias (una o dos cada vez), antes de las comidas, con un poco de agua y una o dos cápsula de betaína hidroclorhídrica (entre 450 a 900 milígramos). Cuando la persona padece úlceras gastroduodenales o gastritis se evita la betaína y prescribo las cápsulas de Uña de gato en medio de las comidas.

La razón de usar la betaína hidroclorhídrica es porque se ha comprobado que la planta incrementa su actividad al contactar con el ácido clorhídrico del estómago. Para evitar que no sea suficientemente activada es por lo que se acompaña de la cápsula del ácido, sobre todo si se sospecha una insuficiente actividad gástrica en este sentido. Por tanto, ha de considerarse optativo este punto.

Hay que tener muy presente la calidad de la planta. No es infrecuente, por desgracia, que se comercialicen variedades cuyos efectos pueden ser muy inferiores. En ocasiones he detectado que se encapsula un polvo grosero, menos eficaz (pero más barato). Como a los gobiernos parece importarles poco que exista un vegetal con fama de curar el cáncer, mucho menos pueden preocuparse de controlar una calidad cuyos parámetros ignoran. El día que exista un gobierno que se preocupe por la salud de sus representados hasta el punto de investigar de oficio cualquier cosa, de cualquier parte del mundo, de la que se haya oído que cura algo (aún cuando sea una humilde planta) para, si es así, ponerla a disposición de todos sin esperar a que un laboratorio descubra un alcaloide patentable y lo comercialice... ese día señalará el principio de un mundo mejor.

ARANTO (Ineisnae calea) [No se trata de una variedad de Kalanchoe como se afirma en algunas informaciones que se localizan por internet, al menos la que utilicé y aquí comento] Conocí esta planta en México y la utilicé durante muchos años. Sin embargo desconozco cualquier estudio o investigación sobre los efectos medicinales de este vegetal. Crece en Ixmiquilpan y San Luís Potosí, en México. Tenía referencias acerca de que se utilizaba más o menos tradicionalmente para tratar el cáncer en general. Como quiera que mi trabajo, hace ya bastantes años, consistía en investigar todo cuanto, en el folclore popular, sonara a medicinal, se constituyó en uno de mis objetivos principales. No parecía tener efectos tóxicos ni indeseables así que la probé yo mismo y luego la recomendé a bastantes personas enfermas que podían conseguirla. Durante muchos años recopilé una buena cantidad de informes positivos lo que, finalmente, me ha hecho depositar una gran confianza en ella. Finalmente la dejé de utilizar simplemente porque resultaba mucho más fácil obtener la primera que cito en este capítulo.

Según mi apreciación la planta desarrolla una actividad muy semejante a la "Uña de gato", reforzando el sistema inmunológico y oponiéndose al desarrollo de metástasis. Parece ser que el crecimiento de los tumores se ralentiza de una manera evidente bebiendo diariamente el cocimiento de la planta. He observado regresiones totales de tumores pequeños de muy diversos tipos y localizaciones. Pero he de insistir que, en la mayoría de los casos, el Aranto formaba parte de un plan o sistema de tratamiento integral semejante al que cualquiera podrá diseñar mediante el estudio de este libro. Cuento con algunas referencias de personas que únicamente tomaban el Aranto y los informes son buenos. Como posibles efectos secundarios hay algunos casos de personas que experimentaron descenso de la presión arterial presumiblemente debido a la toma del Aranto sin que en ningún caso fuese un efecto grave.

La forma en que precribía el Aranto era la siguiente: 10 (diez) gramos de la planta seca se ponen a hervir en 1,1 litros (1100 c.c.) de agua mineral durante quince minutos. Luego se espera que enfríe antes de colarlo. La planta se tritura en el momento de ir a preparar el cocimiento.

Se comienza con una taza (200-250 c.c.) diaria durante la primera semana. La segunda semana se toman dos tazas diarias y de la tercera en adelante, tres. Dosis menores parecen ser también eficaces como tratamiento complementario.

Personalmente la he recomendado a lo largo de veinte años y creo que su acción en el cáncer es más que satisfactoria. Espero haber contribuido algo al conocimiento de esta gran ignorada.

PAU D´ARCO (Tabeuia avellanedae o cassinoides). Se trata de una corteza muy interesante, originaria de Brasil, acerca de la cual se han realizado bastantes estudios que, finalmente, tampoco han producido resultados concluyentes. La he utilizado en varias ocasiones y creo que puede jugar un papel destacado en el tratamiento integral del cáncer. Es relativamente fácil de conseguir en diferentes presentaciones. Prefiero la forma tradicional de administración: se hierven diez gramos en un cuarto litro (250 c.c.) de vino blanco de muy buena calidad durante cinco minutos. Después se añade agua natural hasta completar un litro y se hierve cinco minutos más. Se deja enfriar y se cuela. La dosis máxima diaria recomendable en una persona adulta es de tres vasos de 250 c.c. diarios. En los niños, podría intentarse la preparación solamente con agua.

Se han registrado casos de curaciones en pacientes con algunos tipos de leucemia. Frente a otros tipos de neoplasias su efecto es también interesante porque, como mínimo, va a mejorar la actividad del sistema inmunológico. Sin embargo, convien no sobrepasar las dosis indicadas.

CHAPARRAL o GOBERNADORA (Larrea divaricata). Conocí la planta en México, en primer lugar por la fama que tenía como antilitiásica, es decir, para disolver cálculos urinarios (y, según se decía, biliares). Más tarde supe que era otra de esas plantas que se consideraban (al menos en el acervo popular) como anticancerosas. Hay algunos estudios que apoyan esa última acción. Sin embargo se cierne una sombra de duda acerca de una posible actividad hepatotóxica que se ha producido en personas que consumían dosis elevadas de la planta en forma de comprimidos. Preparada en infusión no tengo noticias de efecto adverso alguno pero podría depender de la susceptibilidad individual. Si se experimentan dolores abdominales, nauseas, vómitos o cualquier otro síntoma preocupante deberá suspenderse el tratamiento.

La Gobernadora se prepara en infusión, añadiendo diez gramos de la planta seca y triturada a un litro de agua hirviendo. Se retira del fuego y se deja reposar hasta que se enfríe. La dosis habitual para un adulto son tres tazas diarias de esta infusión. Los resultados no son rápidos ni espectaculares. Parece que su acción se funda en impedir la utilización de la glucosa por parte de las células tumorales por lo que éstas, no pudiendo nutrirse, mueren. El tratamiento se ha de mantener, normalmente, durante bastantes meses salvo que aparezcan síntomas que aconsejen detenerlo.