24.1.08

OXIGENO

Respiramos poco y mal... pero todo tiene remedio. Y usted sabe que todo nuestro cuerpo depende de un suministro constante de oxígeno. Por eso la naturaleza ha previsto un mecanismo de ventilación automático que se encarga de llenar y vaciar los pulmones unas dieciocho veces por minuto.

¿Ha pensado alguna vez que resulta imposible suicidarse simplemente decidiendo dejar de respirar? Tan importante es el oxígeno que se crea una de las más feroces luchas que puede desarrollar un cuerpo humano cuando le falta tan preciado gas. Los más intensos estímulos instintivos se ponen en marcha ante la sola sospecha de que pueda faltarnos el aire vital.

Nuestro cerebro es especialmente sensible a la falta de oxigeno pues una privación de apenas cuatro o cinco minutos puede resultarle fatal. Pero no olvide que todo su cuerpo, de arriba a abajo y de fuera a dentro, depende de un abastecimiento regular y adecuado de este elemento. Para obtener la energía vital que necesitan nuestras células para todas sus funciones es imprescindible el oxígeno. A este proceso de producción de energía mediante el concurso del oxígeno se le denomina "metabolismo oxidativo o aeróbico". Cuando una célula no utiliza el oxígeno para fabricar energía se dice que su metabolismo es fermentativo o anaeróbico. En este segundo tipo de metabolismo el rendimiento es mucho menor. Ello significa que se necesitan muchos más nutrientes para producir la misma energía.

Una mala ventilación pulmonar crónica (ingresar poco aire en cada ciclo respiratorio) favorece la formación de un terreno canceroso. Ya sabe usted que denominamos "terreno canceroso" al cuerpo en el que se dan condiciones propicias para que se desarrollen impunemente células anormales.

La aportación al terreno canceroso de una mala ventilación pulmonar se produce por dos razones fundamentales:

- La excesiva acidificación del medio. La respiración cumple el papel de ayudar a regular el delicado equuilibrio orgánico ácido-base. En el ciclo respiratorio contribuimos a eliminar el exceso de ácido ahorrando y reciclando elementos alcalinos. Respirando poco, mal o con una deficiente calidad de aire se consigue una exagerada acumulación ácida en el medio extracelular y, en consecuencia, se dificulta aún más la propia respiración celular o el aprovisionamiento de oxígeno de las células en los tejidos. Para algunos investigadores, y estoy en general de acuerdo, la acidificación tisular es uno de los eslabones importantes que determinan que una célula se transforme en cancerosa. Vea el capítulo dedicado al método Kousmine.

- El pobre aporte de oxígeno, unido a las dificultades expuestas en el apartado anterior, puede alterar las funciones celulares y propiciar que algunas células vuelvan a funcionar con el primitivo metabolismo anaeróbico. Esta transformación sugiere una escisión de éstas con el orden establecido. De hecho, las células cancerosas, más próximas a este tipo de metabolismo que al oxidativo, no sólo siguen pautas de crecimiento aparentemente desconectadas de cualquier esquema solidario sino que, además, necesitan ingentes cantidades de nutrientes. Es por ello que cuando un tumor se hace suficientemente grande sume al resto de las células normales (en definitiva, al cuerpo entero) en un estado de caquexia que nos indica un mal pronóstico.

Por otra parte habría que añadir que los tejidos mal oxigenados son más permisivos con los agentes microbianos, virus o levaduras que toleran mal el oxígeno. En algunos casos se ha demostrado una relación causa-efecto entre ciertas infecciones y el cáncer.

Si hiciesen falta más razones para que usted se percate de lo importante que es educar la respiración y modificar algunos hábitos en relación a ella todavía le diría:

- El oxígeno es uno de los mejores inmunoestimulantes. Todas esas maravillosas células que nos defienden incesantemente de todo tipo de agresiones, invasiones o elementos extraños dependen, como todas las demás, del oxígeno. Un medio rico en oxígeno las estimula y las mantiene en forma. Incluso utilizan el oxígeno para destruir agentes peligrosos y células cancerosas. Sí, el oxígeno es una de sus más poderosas armas químicas. Lanzan radicales de oxígeno contra bacterias y células anómalas con lo que consiguen oxidar sus membranas y destruirlas. ¿No siente usted la necesidad de inspirar hondo en estos momentos?

- Las personas más longevas respiran más profundamente de manera espontanea. Sí, plenamente demostrado y publicado. Un estudio realizado durante más de doce años fue estadísticamente concluyente. El factor que parece ser más significativo en cuanto a longevidad se refiere es precisamente el "volumen de ventilación pulmonar", la cantidad de aire que entra en las pulmones en cada inspiración.

- El envejecimiento presenta características muy similares a un estado de hipoxia (falta de oxígeno en los tejidos).

¿Qué le parece? ¿ponemos manos a la obra? Vamos...

RESPIRACIÓN CONSCIENTE:

Dedique unos minutos cada día a "contemplar" su respiración. Siéntese en un cómodo sillón pero con la espalda recta. Relájese (aprenda cómo en el capítuo dedicado a la relajación), cierre los ojos y observe cómo entra y sale el aire de sus pulmones. Deje que su cuerpo respire solo, únicamente observe. El aire entra suavemente y luego sale. Cuando los pulmones están más o menos vacíos surge la necesidad de inspirar de nuevo. Y así lo hace el cuerpo por sí mismo.

Trate de pensar que cuando el aire ha llenado los pulmones hay una parte de él, un "algo" que se queda en su cuerpo y se expande por todos los rincones. Cuando espira salen al exterior numerosas sustancias perjudiciales. Más o menos es esto lo que ocurre y le estoy sugiriendo que unos minutos cada día los dedique a contemplar relajadamente su respiración. Se sentirá muy bien.

EJERCICIOS RESPIRATORIOS:

Consisten, básicamente, en utilizar al máximo la capacidad vital, es decir, llenar y vaciar los pulmones al máximo. De esta manera se renueva totalmente el aire de su interior, se recibe más oxígeno, se expulsa más dióxido de carbono y se ejercitan los músculos respiratorios. El bienestar que producen es una de las sensaciones más gratificantes que se pueden experimentar.

Observará que en el capítulo dedicado al "sistema Lezaeta" se recomiendan inspiraciones y espiraciones profundas en un lugar bien ventilado como parte importante del tratamiento integral. La clave para respirar profundamente consiste en vaciar bien los pulmones más que en "esforzarse" en llenarlos. Vacíe bien sus pulmones y la siguiente inspiración será mucho más amplia. Considere usted que es hora de formarse un hábito nuevo y saludable. Simplemente hágalo todos los días de la misma forma que se lava las manos o la cara.

Cualquier ejercicio respiratorio se realiza en un momento definido. Quiero decir que dedicará dterminados momentos a realizar inspiraciones y espiraciones profundas y el resto del día NO debe estar pendiente de cómo respira. La respiración es un proceso automático que, en determinadas ocasiones, se puede realizar o modificar a voluntad. Sin embargo, lo mejor es que sea realmente automático. Si usted se empeñase a todas horas en respirar de una manera profunda acabaría por pervertir el instinto. Esto acabaría dando como resultado que su cuerpo no sabría como respirar correctamente y el proceso automático se volvería menos eficaz.

Por tanto: realice respiraciones profundas al menos una o dos veces al día en un lugar bien ventilado. Puede realizarlas con más frecuencia sin ningún problema. Después de cada ejercicio simplemente olvídese de la respiración y deje que su cuerpo lo haga por sí mismo. Poco a poco observará que su respiración espontánea es más eficaz y profunda.

¿Ya ha notado usted como dos o tres respiraciones profundas elevan rápidamente su nivel de energía física y mental? Pruebe esto la próxima vez que tenga que enfrentarse a una situación tensa o difícil. Hágalo un momento antes de afrontar una entrevista importante. Notará que, de alguna manera, esa energía que siente usted es captada por los demás y, entonces, producimos una más grata impresión.

Un buen ejercicio respiratorio (para las mañanas, por ejemplo) es el siguiente:

"De pie, frente a una ventana o en un lugar muy bien ventilado, se levantan los brazos en cruz hasta que las manos estén algo por encima del nivel de la cabeza. Al mismo tiempo se suben los talones quedándose en equilibrio sobre las puntas de los pies y se inspira profundamente por la nariz (si es posible). Después de haber llenado los pulmones completamente se procede a realizar una espiración rápida, por la boca, pronunciando el sonido ¡SAJ! y procurando expulsar todo el aire de los pulmones. Al tiempo que se hace esta espiración rápida y profunda se vuelven a apoyar los talones en el suelo, se cruzan los brazos por el tórax (como si se abrazara uno a sí mismo) y se flexiona el cuerpo por la cintura tal como si hiciera una reverencia. Hay que vaciar bien el aire de los pulmones antes de repetir el ciclo inspirando de nuevo".

Repítalo varias veces pero sin llegar a cansarse.

Esta modalidad especial de ejercicio respiratorio sirve para limpiar los pulmones, ejercitar la musculatura respiratoria y renovar totalmente el aire de los alveolos.

En las demás ocasiones practique simplemente respiraciones profundas normales: inspiración profunda y tranquila - espiración suave expulsando todo el aire de los pulmones.

EDUCACIÓN DE LA RESPIRACIÓN:

Si usted practica o ha practicado yoga habrá tomado contacto consciente con su propia respiración y sabrá cómo llenar de aire sus pulmones correctamente. Por si acaso le daré unas pocas ideas importantes a continuación. En primer lugar fíjese que, en general, hombres y mujeres tenemos hábitos respiratorios algo diferentes. Los hombres suelen mover, al respirar, más el abdomen. Técnicamente se trata de una respiración diafragmática en la que este músculo tira de las pleuras pulmonares hacia abajo haciendo que los movimientos se noten, como he dicho, en el abdomen. De esta forma se llena especialmente la parte inferior de los pulmones. Las mujeres suelen elevar las clavículas, la parte superior del tórax. Diría que predomina, en el sexo femenino, la respiración clavicular que tiende a movilizar, preferentemente, el aire de la parte superior de los pulmones.

Vamos a comprobar en la práctica estos diferentes tipos de movimientos respiratorios.

"Echese de espaldas sobre una superficie dura (una manta o alfombra sobre el suelo). Procure que su espalda esté toda en contacto con la superficie sobre la que se haya tumbado. Puede que esté más cómodo elevando las rodillas de tal forma que las plantas de los pies estén en contacto con el suelo. Relájese, disfrute de la posición en que se encuentra y del experimento que está realizando".

"Coloque sus manos sobre el vientre procurando que sus brazos y hombros no estén tensos sino relajados. Inspire elevando suavemente el vientre. Sus manos comprobarán que así sea. El vientre sube y baja lentamente... está usted vivenciando la respiración abdominal".

"Ponga ahora sus manos sobre las costillas, a cada lado del cuerpo. Al vaciar el aire de los pulmones notará que las manos se acercan y la llenarlos se separan. Experimente varias veces esta respiración torácica verificando que el abdomen permanezca ahora sin movimiento".

"A continuación coloque las manos sobre las clavículas. Vacíe los pulmones e inspire levantando la parte superior del tórax, como si quisiera acercar el pecho a la barbilla. Los hombros se mantienen relajados. Permanezca un rato tomando conciencia de este tercer tipo de movimiento respiratorio".

"Finalmente, trate ahora de unir secuencialmente estas tres partes. Vacíe los pulmones y comience a inspirar con la parte baja de los pulmones elevando ligeramente el abdomen. A continuación, sin que medie interrupción alguna, continúe llenando los pulmones separando las costillas y termine con la respiración clavicular elevando el pecho. Notará, en cuanto le salga bien, que de esta manera habrá llenado los pulmones al máximo. Para vaciarlos siga el camino inverso descendiendo la parte superior del tórax, juntando las costillas y hundiendo el abdomen".


Aprenda a realizar esta "respiración completa" sin ponerse tenso ni nervioso. Respire pausadamente, con calma. Cuando lo haya aprendido bien éste será el tipo de respiración que usará en sus ejercicios respiratorios.

Pero recuerde que el resto del día no deberá preocuparse de su respiración. Dejará que su cuerpo lo haga por sí mismo.

Un ejercicio complementario de gran interés es el siguiente:

"Póngase a cuatro patas (sobre sus rodillas y manos) con las manos y las rodillas un poco separadas. Espire despacion arqueando la espalda y metiendo hacia dentro la cabeza. Inspire levantando la cabeza y formando un arco contrario, o sea, hundiendo la zona lumbar. Repítalo siete veces".

EJERCICIO AERÓBICO:

Me refiero a toda actividad física que permita incrementar el aporte de oxígeno y estimule la circulación. La más interesante para todos es caminar a paso vivo. Todos los días un buen paseo de veinte a treinta minutos a un ritmo que avive la respiración y el ritmo cardíaco. Recomendables son todos los lugares bien oxigenados con subidas y bajadas. Naturalmente el ritmo del ejercicio debe ser adaptado a las condiciones de cada uno.

BEBA SUFICIENTE AGUA:

Beber poca agua, unido a la deshidratación de los tejidos que se produce con la edad, da lugar a un rendimiento menor del oxígeno. Por tanto, procure hidratarse convenientemente, bebiendo agua de buena calidad en la proporción adecuada. En condiciones normales 30 c.c. por kilo de peso corporal y día.

Bien, ahora sólo queda practicar. Cambiará su vida cuando todas estas cosas se hayan establecido como hábitos en usted. Esto puede costar algún trabajo pero ¿no vale la pena encontrarse mejor?